Cuanto tiempo desde la última entrada. Casi imposible de contar. Como me atrapa la vida, sus circunstancias, sus idas y venidas, en un azaroso coqueteo con la trivilialidad pura y dura.
Miento si digo que no he tenido tiempo de escribir. No digo toda la verdad si pienso que este espacio era algo lineal, sin sentimiento. Al contrario. Era mi existencia y mi vivencia personal la que le daba sentido. Y quiero sinceramente que siga siendo así. Aunque tarde en escribir algunas letras; aunque la vida me lleve de nuevo a la cuneta de la socialización absurda. Verte envuelto en una espiral de contraindicaciones vitales, te hace sentir más fuerte en ocasiones. Y la necesidad irrenunciable de compartir lo que sientes, lo que vives, lo que deseas, lo que anhelas... es sencillamente única y totalmente esencial. Como la vida misma.
Tener la oportunidad de poder comenzar de nuevo, no es una utopía. Compartir lo que amas es algo natural. Aunque a veces estemos lejos del principio, de lo que fue, es y será imprescindible en tu vida. En la mía.
Quiero recuperar, volver al inicio: resetear mi ordenador personal. Y liberar espacio donde realmente es importante.
Gracias a Dios, ahora siento de nuevo que es posible.
Sinceramente, gracias.